lunes, 24 de enero de 2011

SMILE LIKE YOU MEAN IT.


Hay ciertas cosas que no se explican, porque simplemente no se sabe cómo. Yo no sé explicar mis “impresiones”, cosa que sé que odias, y tampoco sé explicar qué es lo que me haces sentir. Por otra parte, sé que me encanta pasar el tiempo contigo, y mirarte a los ojos, y descubrir algo distinto. Me gusta que me sonrías de la forma ésa en que sólo tú sabes. Esa que me hace sentir tan especial. Me encanta que me obligues a hacerte cosquillas por la espalda, y tener el poder de dormirte con sólo un dedo. Me encanta que me permitas besarte de todas las formas que se me ocurren, que me dejes cogerte del mentón cada vez que te hablo, y que te dejes barba de cuatro o cinco días. Adoro la forma de tu clavícula, y que me quites literalmente la respiración. Me encanta apoyar la cabeza en tu pecho, y sentirme segura. Pero segura de verdad. Segura de mi misma. Me gusta muchísimo tocarte el pelo, y tratar de darle alguna forma con los dedos. Adoro que me digas la verdad. O por lo menos, tu verdad. Me encanta que tengas ésa capacidad para soportarme, incluso cuando me pongo tonta, o digo las cosas sin pensar. Adoro que me hagas recapacitar, y pensar las cosas antes de decirlas, y que me pongas nerviosa, y me obligues a contestar cosas que sabes que quiero decir pero no me sale. Me encanta que me llames de mil formas distintas, y que se te escape “pochocli” de vez en cuando. Que haya cosas que sólo sepamos los dos, que te acuerdes de cosas, y de otras te olvides, y me hagas recordártelas constantemente. Que me digas “tururú” o “caracola”, como si fuese una niña pequeña. Me encanta que me dejes ir a mi ritmo, y cuando tratas de evitar que me vuelva estúpida y piense cosas que no son. Que no te guste el fútbol. Que me cojas de la mano si me siento alegre, y que me abraces fuerte si me siento triste. Que me hagas enmudecer con sólo tocarme, y que me dejes tu olor en el pelo cada vez que te vas. Adoro hablar del futuro contigo, y de viajes, y de sitios, y de cosas por hacer. De mis padres, de los tuyos, del mar, de que odias la arena, de que quieres una casa, que te gusta bucear, de tu buhardilla, de tu hermano, de lo que te importa, de lo que me importa a mí. Adoro que me quites los miedos con un chasquido de dedos. Me encanta que me hagas partícipe de tus cosas, y que quieras ser una pieza importante en mi vida, porque en estos últimos meses, he tomado contigo más decisiones reales que en toda mi vida, y es que, la cosa va más allá del quererte, o dejarte de querer (que créeme, lo hago con todas mis fuerzas, cada día que pasa, a cada segundo, un poco más), es que te necesito conmigo.

M.

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